Hola aviadores:
Esta semana vamos a por uno de los juegos de miniaturas que tanto escasean en mi colección, y es que estos juegos son colecciones en si mismos de su mismería.
Estamos ante un juego de difícil clasificación, pero lo englobaré en históricos de simulación, o simulador de la historia, o como queráis, que no tengo ganas de discutir.
La edición qe tengo es la de Edge en castellano, en concreto la Deluxe set, que era esa cajita que ya venía con cuatro miniaturas.
Resumen: En WoW (nada que ver con el otro WoW), somos aguerridos aviadores de la primera guerra mundial, que a bordo de poco más que cafeteras con hélice, surcamos las mesas para encontrar enemigos a los que abatir. Aunque el juego en si es un juego de cartas, no le veo sentido a jugarlo sin miniaturas, la verdad, pero que se puede, sí se puede. Y es que ver sobre la mesa tus aviones en miniatura es gran parte de la gracia del juego, eso y que a ver como juegas tu con las reglas de altitud sin usar miniaturas.
En cada turno, cada piloto selecciona sus tres siguientes maniobras en secreto, y las coloca por orden de ejecución, sin saber los movimientos de los demás, sólo a partir de las posiciones actuales de los aviones. Vamos, como la vida real, que iba el piloto pensando: voy a hacer un recto, luego un giro cerrado de derecha y luego desacelero un poco. Luego al girar a la derecha se estroncaba con otro avión, pero hay que ser consecuente con las decisiones que uno toma. La guerra es la guerra, ¡¡qué carajo!!.
Precio/Componentes: Pues vamos a decir que ajustado por las miniaturas, ya que son una pasada, son de metal y tienen un buen nivel de detalle y pintado. El resto de componentes son unas cuantas cartas para el mazo de daños, unas cuantas de maniobra para cada avión, y unos contadores para los daños especiales, aparte de dos tiras de cartón para medir el alcance. Es decir, que salvo por las miniaturas, el juego no trae casi nada, sobrando el 60 % de la caja. Pero es que si te venden aire con los demás, en este es obligado, ya que ese aire es el tablero de juego (chiste malo sobre juego de aviones. Reclamaciones a nomeimportaquenotehayahechogracia@gmail.com). Perdón, se me olvidaban los tableros individuales que sólo sirven si cada uno lleva un único avión, y que se metieron por justificar el precio.
Otro cantar es cuando empiezas a comprarte aviones sueltos para darle vidilla al juego, y es que, a lo mejor por mi ignorancia del mundo de las miniaturas, los aviones se me hacen muy caros, y encima los compras de dos en dos (uno para cada bando), con lo que se convierte en un juego de mucha pasta a poco que te pilles algún cacharrejo además de los de la caja.
Componentes: Pocos, pero bien terminados. Los aviones son miniaturas muy realistas, las cartas son de cartón muy grueso y satinadas (de las mejores que he visto), aparte de ser de tamaño minieuro con lo que se pueden enfundar sin mucha complicación. El resto, tanto contadores, como reglas, como tablerillos individuales, tirando a finos y con facilidad para doblarse.
Poco malo se puede decir.
Número de jugadores: Pues se supone que de dos a cuatro, pero este juego es de dos, de dos bandos, y mientras tengas aviones de cada bando, se pueden jugar sin problemas 8 o incluso 10 personas. Lógicamente, cuantos más aviones en mesa, más duración de partida. Pero a nivel de juego, las sensaciones son las mismas, pues la elección de maniobras es simultánea, y su ejecución también, con lo que hay entretenimiento seguido y para todos. Con dos jugadores el juego es más predecible, y requiere menos mesa, pero os aseguro que el caos de una mesa enorme llena de aviones es muy divertido.
Reglamento: Muy claro y bien estructurado, con ejemplos, y con dos niveles de reglas. Y es que este juego tiene mucho detalle realista, con lo que le puedes meter todas las reglas avanzadas, e incluso algunas que se te ocurran, en un intento de que sea más simulación que arcade. O bien jugar con las básicas en modo "tollina on" sin más preocupación que coger a alguno por delante.
Esto hace que pueda gustar tanto al que busca algo más de realismo como al que no. Aunque también se puede dar el caso contrario, y es que por mucho detalle que se haya incluido, no es un juego para los que buscan una recreación fidedigna. Y por mucha sencillez que hayan buscado con las reglas básicas, puede que te pegues varios turnos sin alcanzar un enemigo. Por lo que, dependiendo de tu nivel de exigencia, o tus expectativas en uno u otro sentido, te parecerá que es tu juego, o que se ha quedado a medio camino sin contentar a ninguno de los dos polos.
Interacción: Pues puede ser mucha, o muy poca. Depende del número de aviones y del tamaño del campo de combate, puede ser más o menos fácil que haya enfrentamiento, con lo que estamos igual que antes. Habrá quien considere que tiene mucha interaccón, y quien piense que estar 20 minutos intentando cazar a otro avión, para que su disparo no ocasione daños, es como jugar al solitario. Es difícil catalogarlo, y difícil si su interacción es buena o mala. A mi me parece que tiene bastante, pero no en exceso.
Mecánica: Pues con una mecánica tan simple, como elegir tus próximas tres maniobras y hacerlas, parece poco probable que el juego tenga fisuras insalvables, o al menos importantes.
De lo poquito malo que se le puede sacar está el nivel de azar. Si, las maniobras las eliges tú, pero el daño que ocasionas al disparar se hace cogiendo la primera carta de un mazo de robo barajado, con lo que puede que recibas 8 impactos y sólo tengas un daño, o que en la primera carta hayan matado a tu piloto, o te hayan reventado el motor y te conviertas en el patito de madera de la caseta de feria. Y este azar, amigos del aire, es inevitable. Lo más que puedes hacer es jugar sin daños especiales, haciendo con ello la versión más light de las reglas.
Y es que el mazo de daños es como jugar a la ruleta rusa, aunque sin tener que limpiar después la sangre de la moqueta.
La otra gran pega es que, jugando más de dos, se puede dar el caso de que alguien se queda sin jugar media partida por haber perdido su avión, teniendo que esperar un rato hasta que acaben las hostilidades. Este es su peor punto, pero para eso están las home rules (se reeencarna en otro piloto sin contar para la victoria, jugar a quien hace más daño en una hora, si alguien controla más de un avión le presta uno, se va a por cerveza para todos y que vuelva cuando termine la batalla...). Aunque es verdad, no deja de ser una pega, y de las gordas.
Las otras pegas vienen más de los componentes en sí. Si juegas al juego con miniaturas, como debe ser, es muy importante que la superficie de juego no sea deslizante, pues es muy fácil variar por accidente la posición de un avión, y una pequeña variación de la base puede hacer que te siguiente maniobra haya un enemigo a tiro o no. Y claro, aquí es donde entra el tipo de juadores, porque hay gente a la que ésto es poco menos que pecado, y que se mosquearán porque esa variación ha hecho que te escapes, o que le caces. ¡Que importante es tener un buen grupo de juego!
Por otro lado, el juego está abierto en muchos sentidos, tanto al incremento del número de aviones, como al empleo de tapetes de juego decorados, como a la amplicación o invención de objetivos, más allá de eliminar al contrario. Esto es muy bueno para la rejugabilidad del juego, pero salvo lo de inventarte objetivos, lo demás requiere pasta, y a veces mucha. Y es que el tema de los tapetes oficiales, creo que es la clavada del siglo, si no contamos la expansión de los zepelines, que es otra de esas clavadas antológicas. En mi caso, y para dar más ambiente, me he hecho un tablero con una foto via satélite sobre goma, y las partidas ganan mucho, y no me he dejado el sueldo. Bueno, la prestación.
En cuanto al juego avanzado, lo peor que tiene es su duración, puesto que si ya es difícil derribar a alguien jugando sin altitud, no te digo nada cuando, tras conseguir ponerte a cola de alguien, resulta que va un poco por encima y no le puedes dar. Pueden ser partidas insufribles. Pero el que quiere realismo debe apechugar con las consecuencias.
Duración: Muy, muy, muy, muy variable. Una partida de dos aviones, en una mesa pequeña, y con algo de suerte en las cartas de daño, jugando con reglas básicas, se puede hacer en media hora. Pero claro, a más aviones más duración, a más terreno de juego más duración, con reglas avanzadas más duración, con gente afortunada al robar cartas de daño más duración. Total, que una partida se te puede ir a las tres horas entre gritos y risas, y darte cuenta de la hora que es porque es de noche. Pero esas son las épicas, las que luego estás 10 días recordando. Lo bueno es que, como podéis ver, se puede adaptar al gusto de cada uno.
Preparación y transcurso: Empezar a jugar requiere de un tiempo mínimo (delimitar el área de juego, elegir un avión, barajar los mazos de daño y empiezas), y durante la partida hay un constante movimiento en la mesa, con cada jugador colocando su carta de maniobra, y ejecutándola, antes de comprobar si le casca a alguien. Por ello, y porque la posición de los aviones debe ser clara y estable, no es un juego ni de viaje ni de superficies inestables, ni de mesas en el paso de gente. Es un juego de mesa rígida y de tranquilidad alrededor, que ya pondrán los jugadores suficiente nervio en el ambiente.
Curva de aprendizaje: Nula. Y es que las reglas son sencillas, incluso las avanzadas, y la mecánica es de niños. La experiencia no sirve de nada, salvo para que, si es con quien sueles jugar, sepas o creas saber sus próximos movimientos.
Perfecto para iniciados o para iniciar, siempre que la temática guste, ya que además de divertido es muy vistoso.
Expansiones: De todo tipo y muchas. Tienes tapetes de juego, zepelines, muchos aviones de los dos bandos, bombarderos de los dos bandos, booster variados. Y eso sin contar a "los fans" del juego que tienen varias copias de algunos modelos para pintarlos según algunos aviones históricos que no aparecen en el juego (¡¡ánimo con el enfrentamiento en Herencia!!).
Vamos, que te puedes gastar lo que quieras, y es que como ya he dicho, este juego puede ser una colección en sí.
Idioma: Salvo el reglamento el juego es totalmente independiente del idioma, sin una sola carta con texto, por lo que puedes coger el juego en cualquier idioma.
Y hasta aquí hemos llegado hoy. Estamos ante un juego muy divertido, que si bien funciona muy bien a dos, como mejor te lo pasas es siendo 6 u 8 y pegarte una tarde sobre una mesa enorme.
Volare.